miércoles, 9 de julio de 2008

El Caballero de las Sienes Plateadas

Dicen que el hueco que deja tras de si el desamor solo puede ser colmado con un nuevo amor.

Pero, ¿qué sucede cuando no es amor, sino deseo pasional? ¿Con qué se llena el hueco que deja tras de si el haber sido el centro del universo de alguien para el que ya no se tiene ninguna relevancia? ¿Acaso amor y pasión van indisolublemente unidos y son uno solo? ¿Acaso es un único concepto dotado con la bicefalia anómala propia del Can Cerberos, donde prepondera uno u otro a razón del que se posicione tras del otro?

Con todos estos interrogantes torturándome recurrentemente y con la esperanza de poder olvidar todo lo sucedido, insté al chauffeur para que detuviese la limoussine en aquel preciso instante. Todavía no habíamos llegado a la altura de la calle 71 cuando me apeé a toda prisa. La tarde había caído sobre la afilada silueta de Nueva York y el frío ingente se fundía con las columnas de vapor que emanaban de las alcantarillas.

Sinatra me susurraba tras la neblina característica de la gran ciudad, cuando lo vislumbré en mitad de la nada. Era Él: el Caballero de las Sienes Plateadas.

7 comentarios:

CalidaSirena dijo...

Está claro que la pasión sin el amor, claro que es posible...pero lo que la mayoría de las personas ansìamos, es que aparezca en nuestras vidas el amor y la pasión unidas..
Besitos cálidos

Max dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Max dijo...

Vaya, qué sorpresa! "El caballero de las sienes plateadas" vuelve vivir

Y sin mi permiso, el carota!

Saludos originales

Jo dijo...

difiero totalmente que el desamor lo cure un amor nuevo... es como sacar un clavo con otro clavo pero siempre queda ese hueco que el pimero dejo en el... muchas veces oxidado. casualmente siempre llegan hombres asi cuando menos lo esperamos y nos hacen voltear

El antifaz dijo...

El desamor no se cura, se diluye en el reloj conforme éste avanza; casi siempre queda lo suficiente en el recuerdo (vecino de en frente del olvido) como para que nos habla a solas.

El caballero de las sienes plateadas te puede poner Nueva York a tus pies. Y sin embargo, París seguirá siendo un adorno para tu intimidad.

Un beso. Un taconazo.

dany dijo...

el dilema de siempre pero expresado de forma magistral.me encanto.me gusto tu casa asi que volveré por aqui..

Anónimo dijo...

la decepción y la desilusión son aún peor que el hecho de perder a alguien.
Enhorabuena por tu espacio