Como una cala negra envuelves mis ausencias. Renuncio a tu vacío en una noche cualquiera. Me entregué hace tiempo, no a ti, sino al abismo de tenerte. A la idea ineludible de que me pises los talones en el horizonte de la corrección y pases la mano, como cada mañana, por el doble filo de ese sentimiento de culpa que nos rodea.
Como una tormenta entre las nubes azotas mi conciencia. Tus ausencias son presencias irreversibles, aunque reconocerlo me ponga de lleno en la encrucijada del malogrado intelecto y la ferviente volición.
Me asusto al pensar que renunciaría a la idea de renunciarte. Y haciendo malabares con lo que se debería ser y lo que se es, me adentro tras de ti en la trastienda de las apariecias, tan reprochables como tiránicamente sinceras.
miércoles, 24 de octubre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
lo he sentido como un viaje a traves de tu mente..de tus dudas, de tus temores.... hoy no se te note aun mas...
un beso
me alegro que hayas vuelto
No te reproches nada. No te asustes de nada. Piensa que hiciste bien en entregarte. Sigue así. Besos.
No hay que reprocharse nada, cuando se hicieron las cosas con sentimiento.
A veces funcionan... a avece no...
pero peor es no probar.
Bsss. Nos vemos ¿si?
si tienes el corazón en paz, entonces nada importa
besos
lágrimas de mar
Las dudas nunca se van, hay que aprender a convivir con ellas. Y caminar en ese crepitar de luz que separa y une a la razón y a la fe.
tal vez no se dar consejos...ni soy quién para hacerlos..
pero tomo la idea de mi amiga Monique..cuando se hacen las cosas "sintiendo" no hay reproches y culpas que existan...
la vida es una...
te quiero tacones...mil disculpas por no venir en tanto tiempo..realmente casi no puedo visitar...anoche no dormi casi para hacerlo..
espero verte..y poder visitarte pronto.
besitos
Publicar un comentario