Me miraste con aire contrariado. Me encanta lanzarte retos intelectuales aun a sabiendas de que serán como un boomerang que retornará hacia mi casi con más fuerza de con la que fue lanzado.
- "Garçon, l'addition, s'il vous plaît", dijiste con gravedad.
- ¿Me estás diciendo que tienes la intención de dejar a tu mujer y a tus hijos?
- No. Sabes que eso no cabe ni cuestionarlo.
- Entonces, ¿de qué me estás hablando? ¿Has decidido que vas a dedicarme un tiempo que no tienes, porque se lo debes a tu familia, para pasear conmigo como si fuéramos adolescentes, cogidos de la mano, a la vista de todo el mundo pero sin ninguna repercusión en nuestras vidas? Querido, me estás proponiendo que seamos algo más de lo que somos. Pero hay un pequeño inconveniente: somos simples amantes. Amantes ocasionales que juegan contra el destino en una partida arriesgada. No hay continuidad tras nuestros encuentros. Lo que somos lo debemos a nuestras circunstancias particulares y creo que es un detalle que no deberíamos obviar. Tú no vas a cambiar tu vida por mi. Ni te lo estoy pidiendo. Pero no me pidas que adecúe mi existencia a tus caprichos. Porque no lo haré jamás.
La noche se cernía ya sobre la aureola de luz amarillenta de los faroles del bulevar Saint-Germain. Caminamos por las cercanías del Sena hasta pasar Notre Damme. La iluminación nocturna la hacía erigirse magestuosamente en medio de la noche. Como tantas veces tu solo recuerdo se había erigido en el seno de las mías. Bajamos las escaleras y caminamos hacia el embarcadero. La quietud de la noche comenzó a arrancarme oscuros pensamientos que sólo en la quietud de la noche tienen cabida. Sin decir ni una palabra, te agarré de la pechera y te besé con furia, con desesperación y casi con odio.
- No me pidas que renuncie al único pretexto que me posibilita estar contigo. La noche es el único lugar en el que puedo esconder mi sentimiento de culpa. Con los primeros rayos de luz, los recuerdos descubren atroces engaños. Eres egoísta. Eres un cínico y un tirano, pero este juego me resulta divertido. Y no, no pienso abandonar la partida. Pero, eso sí: a partir de ahora, las reglas del juego las pongo yo.
10 comentarios:
La mejor posición, la de marcar las regls del juego.
besos de luna
me mueri por saber... como sera o como girara el juego luego...
como siempre genial
un besote
Take a walk on the wild side!! Lou Reed, el mejor.
tacones, hoy te superaste, me ha encantado, las pasiones ocultas son como un fuego abrazador que te quema y te arde, pero sin la que no puedes estar,
besotes
lágrimas de mar
Juegas con fuego... lo perderás... sin que pueda nunca salir de tí. Dificil pero interesante.
Besos.
LUNA LLENA: Gracias por tu comentario. Ya vermos a donde me llevan mis propios pasos...
VENUS: Créeme: yo también ;)
DANIEL: Todo un temazo. Lo pondré de banda sonora la próxima vez que anochezca sobre mis oscuros propósitos!
ANTIFAZ: Ambos jugamos con fuego. Y ambos tenemos mucho que perder. Pero dudo mucho que sea precisamente a nosotros mismos. Hay cosas que dificilmente pueden cambiar, no? Y dime, ¿por qué afirmas con tal rotundidad que lo perderé? ¿Acaso no estamos ya perdidos? Besos
LAGRIMAS: muchas gracias por tu comment. Has definido muy bien lo que son las pasiones... tan comunes y tan exclusivas a la vez... ;)
No te digo?? esas frases tuyas..
AHORA LAS REGLAS DEL JUEGO LAS PONGO YO..
son tuyas..son únicas.....
yo no se si vos te das cuenta..pero para mi..desde que abri el blog (y fijate la cantidad que tengo linkeados) fuiste una de las mujeres mas pasionales para escribir..sin la más...
no bromeo..leo mucho...
....
sin palabras..ya dije todo..
No sé. La idea noera afirmar con rotundidad... Quizá dije que lo perderías, por miedo. Besos.
ANTIFAZ: creo que nos dan miedo las mismas cosas... ;)
Publicar un comentario