viernes, 24 de agosto de 2007

Decencia Perdida

Cuando me quise dar cuenta, tu brazo me arrastraba fuera del coche y la puerta se cerraba tras de mi erradicando cualquier posibilidad de retracto. Tus manos me exploraban ya sin límites cuando atravesamos el salón. Tus besos me empujaron escaleras arriba sin siquiera darme tiempo a responderme al único interrogante que aún quedaba, rezagado, en mi alborotada cabeza.

"¿Qué estamos haciendo?", te dije.

"Lo que importa no es lo que estamos haciendo, tesoro, lo que importa es lo que nos queda por hacer..."

Con un movimiento aparentemente agresivo, pero perfectamente estudiado, me tiraste encima de la cama. Te arrodillaste encima de mi y me agarraste con fuerza las muñecas. Me besaste con furia sin permitirme el más mínimo movimiento. Los latidos no cabían en mi pecho. El deseo se desbordaba en mis pupilas. Sin darme tregua, me arrancaste la ropa con esa expresión obsesivamente enajenada que me aterra, pero me hace perder la razón. Me arqueé encima de las sábanas revueltas hasta que tu cuerpo y el mío quedaron fundidos en un vaivén de jadeos y susurros obscenos.

Cuando me arrancaste la ropa me arrancaste, sin saberlo, el corazón. Deshiciste con tus besos mi piel hasta adherirla por completo a la tuya. Perdí entre las sábanas mi decencia en ese juego sin control. Tu piel clavada en la mía. Tus labios sellados en mi piel. Y en medio de ese tórrido delirio comprendí que nos hallábamos sumergidos en una espiral sin salida.

El agujero negro de nuestra obsesión por lo prohibido nos condujo al centro de una noche en la que me desperté entre tus brazos y bañada en tu sudor; bajo unas sábanas impregnadas de desenfreno en este doble juego de pasión y desgarro. Te miré. Miré en derredor. Las luces que salpicaban la noche se colaban por entre las rendijas de la persiana. Sólo entonces reparé en esa fotografía. Tú, ella y tus hijos, en una hipócrita pose de familia feliz. Te miré de nuevo. Dormías ajeno a mis preocupaciones. Y no se si me diste asco o simplemente te odié. Por no ser yo la que estuviera en esa foto o por ser tú el que lo hiciera, qué más daba. En cualquier caso, me levanté de un salto, me vestí en un intento fallido de sofocar el fuego que aún ardía sobre mi piel, y salí a tientas de aquella improvisada jaula intentando correr más rápido que el conflicto que, por momentos, se desataba en mi interior.

Era una noche fría y húmeda. Los adoquines resbaladizos se escurrían bajo mis pies. A malas penas lograba abrirme paso en la densa oscuridad, perdida entre mis pensamientos y aplastada bajo el peso de mi conciencia. Víctima aún de tus susurros, de tus besos, de tu olor me deslicé sin rumbo observando cómo todo estaba en calma ahí afuera. Preguntándome si en algún momento podría encontrar toda aquella calma también en mi interior.

En ese momento, noté una mano sobre mi hombro. Esperaba que no fueras tú.

Pero necesitaba que sí lo fueras.

10 comentarios:

venus dijo...

necesitaba que lo fueras... para que me devolvieras lo que me arrancaste y quedo tirado entre las sabanas blnacas y sudorosas...(Mi Corazón)...

Sentimientos encontrados... duele verlo y no ser lo que quieres para el.... duele simplemente saberlo ajeno... u no saberlo tuyo....

un beso me ha encantado...

PD: Cuando quieras escribiremos uno juntas......encantada...

Los Tacones Rojos dijo...

umm... Elegante y sutil. Con la última frase, te he entendido perfectamente. Me encandiló. Seguiré...
Tus pares de tacones, ándan muy sugerentes...
Besos

dANieL dijo...

Yo lo que echo de menos es ¿cómo se conocieron? ¿se acostaron rápidamente o fue algo lentito? ¿Un flechazo quizá? Lo demás: chapó, genial. Da un giro tremendo la narración cuando descubre la foto, ¡plas, plas. plas!

Eso dijo...

Hola paso a devolverte la visita y ya me dejas con la intriga de que pasara luego ,a donde te llevar asu desenfreno , tu loCura y la pasion .
Tu pecado , la foto ...
...su pecado tu.
Que pasara??
un beso y mis mejores deseos de fin de semana.

Lágrimas de Mar dijo...

la voz de la conciencia está ahí, y nos habla cuando menos queremos que lo haga
pero de todas formas tu necesitas que esa mano sea la de el
porque en el fondo dejas a ún lado esa voz
besos, te sigo

lágrimas de mar

Erotismo dijo...

No veo una forma más sensual de perder la decencia!

Patricia Gold dijo...

Perder la decencia así, no se si no vale la pena...
él es el que obra mal, no vos...
Pero si te entiendo, en el deseo que esa mano es la de él y COMO NO ME LO ACLARÁS !! y quedé en ahí con un cuento sin terminar, prefiero imaginar que sí es él...
el corazón te lo robó,pero por unos momentos, recuperálo (y dejálo que te lo vuelva a robar cuando SOLO VOS lo deseás).;-)
besos amiga..
esos tacones te tienen re-inspirada...!!!

allen dijo...

No se trata de perder la decencia... sino de saber sacarla a relucir en su momento oportuno y guardarla cuando el deseo se impone...

Nosotras mismas dijo...

Ufff, si alguien me llama tesoro en un momento así, me doy media vuelta y me voy.

Besos.

venus dijo...

helllouuuuuuuuu.....como vas?....

vengo para saludarte y para decirte que hay algo en mi habitacion para ti...es con mucho cariño

un besote